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Textos

Poemas del libro Ciclotimia Chill-Out (Montevideo, 2011)

 

 

 

 

Training Secular

 

Los amorfos bacanales de literas iteraciones

la autarquía de Dubai con head machine de training secular

lo sables cóncavos de los jinetes voice over

los raptos sonámbulos de las sirenas

me van soltando

todos me van soltando

las perfecciones de la totalidad y la finalidad

todo eso y la calidad, me van soltando

mi finitud, las emboscadas de Bunge

lo fáctico de los hechos sin fidelidad

me van soltando

los enlaces deslazados de inflexiones programadas

los ellos cuantificables, tu píldora, mi doxa

todo

el todo de mis actos, el todo de los tuyos

me van soltando

las pupilas inertes ante gorgonas de plano

y los nervios funámbulos de filosas garras a los posa brazos

como alas de aletas del todo diegético

se me van soltando

las abiogénesis abjuradas aboliendo abulias abreviadas

las abreviada abulias aboliendo abjuradas abiogénesis

se me van soltando

entre los códigos y las leyes inductivas

me van soltando

y tan suelto me voy asustando

del narcisismo, de los paradigmas

de la sin gravedad de los espacios.

 

 

 

 

Regicidio Music Glam

 

Rayo de Lord Byron al oscuro tuneado.

Boris Karloff bajo formol sus ojos de frasco.

¡Oh, percanta! lengua de entraña, ojos los palmos,

manos de Prometeo lujuriosas de Párkinson.

 

Decantar de los ojos al neófito verbo,

concepto infundado del fundado concepto.

La mirada al reverso del decoro inverso.

El verso:

pasta de sangre, de sangre y cabello.

 

La facundia en cuello, la afasia del adefesio,

acelerar de nucas de viruta al destello.

¡Crack! del hueso de arranque, funámbulo del fémur,

iceberg de la piel, lengua misógina de Otelo.

 

Filomeno cantare a dos graves de Strauss:

Mp3 knife del regicidio music glam.

Del sintagma bacanal al aluvión broadcast,

del “MI” sostenido a la autofagia de llorar.

 

Lento de pixeles el absurdo en movimiento,

de la flecha de Zenón al estúpido desmedro;

del violar niños a ningún remordimiento.

Yo verso:

pasta de sangre, de sangre y baberos.

 

 

 

 

Poemas del libro Adiós a los árboles de Coal Creek (Yaugurú/ Montevideo, 2017)

 

 

 

Primer disco

 

Recuerda las persianas

todo fue inteligible

y luego hubo que entender un mundo de las cosas

habían aves en los techos de las fábricas

luego seres queridos charlando el asumido vuelo del monóxido

y siempre hubo que entender un mundo de las cosas:

¿dónde se gestó la aridez de los objetos?

¿cuándo se hizo hecho la razón de las plegarias?

recuerda

y como una neblina de intuición

o un imperecedero de no verdades

sostente de ese instante justiciero

en donde un niño se chupará un dedo

y un anciano apretará una bala entre sus dientes

 

hubo que dejar las ideas y comenzar de cero

 

 

Doc Savage

 

      Son las manos

un hormiguero amenazado por las pisadas de otros

que se desmaterializa en un ser sin rostro

y que día y noche aguarda impávido bajo el lecho de la negación

      son las manos

un devenir de imágenes, una creativa sucesión de pixeles

inteligencia artificial débil e inadaptada

inhibición sexual de aislamiento y soledad

      son las manos

mórbidos cuerpos infra dotados y enfermizos

féminas blanduras y permisibles homicidas

      son las manos

—asentiría James Sunderland―

un tramar pixelado en fatídicas luminarias

un trance disociativo

una estratagema hipocóndrica de enfermedad o simulación

     son las manos

un vibrar de duales

                        un denegado bonus life

                                                          un inalcanzable item dorado

una dogmática certeza de la ética Savage:

potencialidad de supervivencia o nada relativa

      son las manos

y de ahora en más lo serán siempre

caminos de voluptuosas negaciones

instancias de aislamiento

quebrantos de entidad

 

Circunferencias

 

La pieza circular fue arena románica

iluminada por los círculos de la luna

ni fantoche de poeta, ni pulgar de César

ni creciente ni menguante

      circular fue la complacencia

dictaminada por el torrente de pensamientos oscuros

y circulares fueron los pasos y siempre circulares

bajo los ojos de la inconsciencia

      circular fue el disco de Isaac:

blanco los siete colores conscientes

NEGRO LA AUSENCIA

      circular es el barrido, el desatibo y la confusión

y circular no es girar, sino estarse quieto

      circular es tu campo visual y tu ombligo:

la absurda membrecía al mundo de los vivos

      circular es tu rostro redondo y lleno de ira

el resultado de los axiomas hacia uno mismo

      circular es la condición de sobrevivir:

los círculos religiosos, los círculos políticos

el pozo de James Sunderland

      circular es la vida

y el hombre siempre vuelve a circular

y no existe juventud libertaria del 64

y no existe segmento autónomo

salvo la repentina muerte

 

 

 

HD

 

Me descifro entre escaparates

proyecto el dharma insoslayable

de una imagen codiciada de mí mismo

 

creo un yo ideal

o un yo inalcanzable

una subjetiva disyunción

o un espejismo en el desierto de lo real

 

soy LA IMAGEN

dicto resolución con cada escaparate

soy una escala evolutiva del hombre

o una sucesión de celdas más estrechas

 

y al final de la cuadra

tan solo seré la tensión entre el enigma que fui

y la posibilidad de pensar dicho enigma

Canción cristiana para Boddah

 

[Lejos del club,

Demri es atraída por los cánticos eclesiásticos

que provenían de una iglesia]

 

Abre los cielos Señor

dale brotes a la envidia

alas al desencanto

cierra los cielos Señor

grita ahora es cuando carajo

calcina la luna con tu brisa de sombras negras

haz que llueva ácido

deja tus adeudos en la hernia de mis huesos

abre los cielos Señor

conviértete en hierba mala

hongo maderos Aberdeen

bala rectangular

cuadrada, dolorosa, ardiente:

hoguera Let Me In

 

abre los cielos Señor

y ciérralos cuando yo lo ordene

dale al desencanto su triste coartada

nosotros esperaremos un ideal de sarcasmo

cierra los cielos Señor

apaga la luz

y alma tras alma zurce una diafanidad

de ciego consenso

búscame en los pinos nevados

búscame en los baños de las gasolineras

haz de tu imaginario mi risa más perfecta

abre los cielos Señor

ahora ciérralos

y ahora ábrelos

y ahora ciérralos

y ahora ábrelos

y ahora di aleluya

 

pues seré yo el que ría eternamente

 

 

 

9 8 libras

 

 

[Al mismo tiempo que el vocalista de la banda cantaba:

“Yo podría subir hasta llegar a donde los ángeles residen,

yo podría caer hasta tocar el lado siniestro”;

en un televisor anunciaban su muerte]

 

 

Cuando llegó la policía

yo era tan solo un televisor aullando en un canal desintonizado

 

fuimos amantes noche y día entre orgías de fuegos y sombras

entre misiones time trial Metal Gear, pantalones numetal

y rígidos lóbulos occipucios:

seudo delivery noche de terror, seudo zapping

seudo loading

        párpados

                           (despliegues de alas-triste-sueño)

 

aun no recuerdo lo último que me dijeron sus ojos

pero sí el zapping vertiginoso de la noche prematura:

      «picture in picture caídos Columbine

      seudo atajo contraste- brillo

      resaca Karloff de piezas desguazadas»

 

en nuestro programa favorito

siempre hubo un pasado de ventanas sucias

una confabulación de muerte en lo blanco de sus ojos

 

cuando llegaron las noticias

yo era tan solo un televisor olvidado en un oscuro galpón

una imagen magnetizada por el umbral de muchos fuegos

 

 

Mujerhombre

 

Mujerhombre

con la herida abierta en los callejones de bichicomes y meos calientes

Mujerhombre

despojando el carmesí de la noche rabiosa

con whiskys nacionales

y sin putas ofrecidas en bandejas de copetín

Mujerhombre

pinchás con espinas de peces muertos en un río color mierda

Mujerhombre

travesti, transexual a medio operar con ingresos de limpia botas

para cajetillas Tony Montana

mutante o mutación para que el quinielero se entregue al morbo

y el internauta se ponga tetas en un Second Life

Mujerhombre

hagamos una pausa y reflexionemos

nadie va a llorar por vos

porque tus colores exceden a los del pabellón nacional o al principio artiguista                                mujer cabeza de hombre, hombre clítoris de mujer

que hace una alegoría poética y ata pañuelos a tornillos

y los lanza sobre terrenos que no son de fiar

Mujerhombre

que pizarrea en el FIFA y luego se deja golear para observar los  efectos de la uruguayés               que calza tacos aguja para hacerle un Elisa.uy al suelo

declarado mil veces positivo de un síndrome de autocomplacencia adquirido

Mujerhombre

duermes conmigo y a mi lado no hay nadie

Mujerhombre

microorganismo perdido entre eméticos gusanos y coloridas moscas

de un perro en descomposición

mujer, ¿cómo te declaras? ¿hombre?

hombre, ¿cómo te declaras? ¿mujer?

Mujerhombre

tomate el 174 y parate en bulevar

tomate ese café con leche, esa sangría de vino

ese Mantecol con envoltorio y excipientes artificiales de indefinida procedencia

indefinida como vos

Mujerhombre

ya ni te acordás cuando te grité puto desde la BMX

y luego pinché la rueda para el resto de mi vida y la de mis hijos

Mujerhombre

que yace violada o violado en un callejón de eternos oficialistas

o en 120 días de Sodoma

Mujerhombre

me has fornicado y te he fornicado

hemos hecho algo parecido al amor

y aun así prefieres dormir a los pies de la cama y con la luz encendida

Mujerhombre

no pides ayuda

solo gimes el dolor de un callejón

que nace y muere entre tus piernas

 

 

 

 

Anillos

 

[En los árboles de Coal Creek hoy suenan las canciones de Demri:

una adolescente que ostenta una muñequera con tachas y un pin de Hello Kitty

una joven delgada, pálida y de manos temblorosas

que padece ataques de pánico cuando duerme, cuando camina y cuando ríe

una mujer que rememora o idealiza, con envidia o melancolía

ciertas formas de vida, pasadas o supuestas]

 

cada anillo a su manera

enronquece su voz o permanece esquivo

como si los reflejos no conocieran las reglas

permanecieran inmóviles como un pez suspendido en un lago congelado

en días en los que avizorar es cohabitar hambrienta los sitios tambaleantes

y no dar caza a ninguna ínfima respuesta

 

cada anillo a su manera

enronquece su voz o permanece esquivo

como si los reflejos no conocieran las reglas

y miraran con ojos de pez

el paralelo flujo de una hipotermia

 

cada anillo a su manera

enronquece su voz o permanece esquivo

como si un cuarto fuera infinito

pero que con el correr de los años

todo en él pareciera factible con solo estirar un brazo:

un cenicero con puchos sobre el balcón del quinto piso

como una caja que obra como la funeraria de los relámpagos

o un cancionero de Mark Lanegan

como un endogámico cuerpo tendido en el suelo

y que en esa intransigente diacronía

cada tanto una sirena suene lejana para exagerar el silencio de la noche

y un humo sea un blandir sedoso entre dedos amarillos

algo que se abra paso

entre el sarcasmo (mayor)

y la preocupación (índice)

 

cada anillo a su manera

enronquece su voz o permanece esquivo

como si un cuarto se hiciera más pequeño

y cada pared fuese un elemento

una maldita eventualidad

cada anillo a su manera

enronquece su voz o permanece esquivo

¡cantan los anillos!

como si la noche hablara

cuando las risas se pierden como un eco difuminado en las piedras del camino

y las callejuelas del desasosiego son los ojos somnolientos de un alcohólico

¡cantan los anillos!

como si la noche hablara lo inhabitable y latente:

una lluvia-luz conspirando una orfebrería en el cromo de las llantas

un emular tétrico de zinc oxidado

un lejano devenir de neófitas praderas

¡cantan los anillos!

como si la noche hablara

y fuese una pirámide de simétrica cornisa:

horizonte que paradójicamente

solo conoce la extensión rectangular de algunos nombres

un frente de letras propicio que ido de buscar

en un puentes de diamantes para perros perdidos

una furiosa daga que abre su hoja por la mitad y corta sinuosa y a destajo

las tantas noches de no ser nadie

y creerse única diosa de los llantos estelares

 

cada anillo a su manera

enronquece su voz o permanece esquivo

¡cantan los anillos!

como si la noche callara

y naciera desde los árboles para buscar amparo en las sombras

y así cesar la canción impertérrita del tráfico

¡cantan los anillos!

como si la noche callara

y más allá de los juncos y el barro

se manifieste en baches llenos de colillas sus perros blancos muertos en la carretera

en neblinas que se alzan desde los patios y las fincas

como el vapor de un cuerpo recién nacido que nunca termina de morir

¡cantan los anillos!

como si la noche callara

y fuese un par de piernas abiertas para desposeer aquel carmesí de la noche rabiosa

un profundo río de rostros sinceros deseosos de lamer y llorar

el derroche de esas féminas blanduras

grises apariencias que saben huir de la pasión inhábil de las manos:

dos pájaros negros en los cables de la noche

durmiendo acurrucados el temor de la inexplicable realidad

 

¡cantan los anillos!

cuan salvajes han sido

los indominios del unísono

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